Seguramente ha escuchado hablar sobre «transformación digital» término que ha llegado a convertirse en una frase de moda y ha despertado el interés de especialistas en tecnologías pero, ¿tenemos claro qué es y para qué es útil? algunos especialistas han empezado a alertar sobre la poca claridad en las definiciones de transformación digital y que algunas de ellas son tan restrictivas que se enfocan únicamente en la implementación de tecnologías mientras que otras son tan abiertas que incluso no requieren la presencia de la tecnología.
Queda clara la atención que existe hacia el tema cuando observamos las tendencias de búsqueda en google, hay interés, pero ¿hay claridad?.
No pretendemos en esta nota establecer una definición sobre el significado de transformación digital, ni siquiera pretendemos esbozar una definición operativa. Nuestro objetivo es presentar a debate un conjunto de definiciones para que usted, querido lector, cuente con referencias que le permitan construir una definición que le sea de utilidad para emprender ese proceso transformador que busca en su organización siempre asumiendo la perspectiva desde la educación superior.
Edmund Clark, CIO y Chief Digital Officer de la Universidad de St. Thomas define en este artículo la transformación digital como «transformar el negocio principal de una organización para satisfacer mejor las necesidades de los clientes al aprovechar la tecnología y los datos».
SalesForce enfoca su definición no tanto en los clientes sino en los procesos al definir la transformación digital como «el proceso de usar tecnologías digitales para crear nuevos procesos de negocios, cultura y experiencias de clientes, o modificarlas, para satisfacer los requisitos cambiantes de negocios y mercados» y añade que esta búsqueda por reimaginar el negocio en la era digital es de por sí la transformación digital.
Para EDUCAUSE en cambio, el término transformación digital «encapsula el cambio radical que se está produciendo en la cultura, el trabajo y la tecnología a medida que el panorama digital influye, y cambia, casi todo lo que hacemos». Desde este punto de vista el proceso de transformación no es necesariamente consecuencia de acciones internas sino parte de un proceso en el que se ven involucradas las organizaciones.
I-Scoop define transformación digital como «la transformación profunda de las actividades, procesos, competencias y modelos empresariales y organizacionales para aprovechar al máximo los cambios y oportunidades de una combinación de tecnologías digitales y su impacto acelerado en la sociedad de una manera estratégica».
Una definición más centrada en la tecnología encontramos en The Enterpise Project que la describe como «la integración de la tecnología digital en todas las áreas de una empresa, cambiando fundamentalmente la forma en que opera y ofrece valor a los clientes. También es un cambio cultural que requiere que las organizaciones desafíen continuamente el status quo, experimenten y se sientan cómodos con el fracaso.» Coincide con esta visión la firma consultora Gartner que la considera como «el proceso de explotar la tecnología digital para crear un nuevo modelo de negocio digital».
Jason Bloomberg, columnista de Forbes, señala que si bien toda iniciativa de transformación digital incluirán varios proyectos de digitalización, no se puede considerar solo ese componente ya que la transformación digital «requiere que la organización lidie mejor con el cambio en general, esencialmente haciendo del cambio una competencia central a medida que la empresa se convierte en una empresa orientada al cliente de extremo a extremo».
James Bilefield, asesor de la firma consultora McKinsey, señala que la transformación digital puede ser un «Caballo de Troya» que lleve consigo un proceso de transformación del negocio, proceso en el que la formación de una cultura de cambio resulta esencial.
Con este conjunto de definiciones podemos concluir que existe cierto consenso en que la transformación digital de una organización no pasa únicamente por la implementación de tecnologías digitales que reemplacen métodos tradicionales de hacer las cosas, sino que requiere un enfoque hacia procesos, personas e instituciones que constituyen en suma la cultura de la organización. Finalmente, también parece haber consenso en que el componente digital de la transformación digital no hace referencia tanto a la digitalización (convertir en digital aquello que es analógico) sino que se vincula a las características y dinámicas de la economía digital, que que Alfons Cornella denominó digitalismo a fines del siglo pasado.
En una siguiente nota discutiremos sobre las iniciativas de tranformación digital emprendidas por algunas universidades.