«Vivimos la era del cerebro, un momento en que la neurociencia y el desarrollo cognitivo están en el centro de nuestra evolución organizacional» Señaló Carlos Sherman, experto en neurociencias, durante su presentación en el encuentro de la Cámara Peruana de Inteligencia Artificial
La Revolución Científica ha pasado por diversas etapas, desde la termodinámica que impulsó la Revolución Industrial, hasta el desarrollo de la química, la electricidad y los semiconductores, que dieron paso a la ciencia de la computación y las telecomunicaciones. Cada revolución ha sentado las bases para la siguiente, y hoy nos encontramos en una etapa en la que la neurociencia y los algoritmos, como los de la inteligencia artificial, están transformando profundamente nuestras organizaciones.
En esta era, la cognición y el factor G son críticos en la gestión de recursos humanos. Los procesos cognitivos que abarcan la caracterización, el procesamiento, la memoria y la toma de decisiones no solo nos definen como humanos, sino que son predictivos de nuestro éxito profesional, nuestra capacidad para innovar y nuestra adaptabilidad a nuevos desafíos. El factor G, o capacidad cognitiva general, es un determinante clave para el rendimiento y la seguridad en el trabajo. En organizaciones como el ejército estadounidense, el factor G se toma en cuenta para evaluar la aptitud de las personas, y lo mismo debería aplicarse a nuestras organizaciones.
Hacia una humanidad aumentada y el rol de la IA
La inteligencia artificial, aunque poderosa, no es un sustituto del juicio humano ni de la adaptabilidad cognitiva. Es, en última instancia, una herramienta que debe ser guiada y aprovechada por seres humanos altamente capacitados. Para lograr una «humanidad aumentada,» necesitamos un enfoque en el desarrollo cognitivo y científico. La IA solo puede ser verdaderamente efectiva si es utilizada por personas con una sólida base en pensamiento crítico, análisis de datos y comprensión de su impacto organizacional.
Para que la IA y la innovación científica impacten positivamente en nuestras organizaciones, debemos transformar nuestra cultura corporativa. John Kotter, en su libro sobre cambio organizacional, destaca varios aspectos que son esenciales para lograr un cambio duradero. Estos incluyen establecer un sentido claro de urgencia, crear coaliciones rectoras poderosas, comunicar la visión de forma constante y eliminar obstáculos antes de avanzar. La transformación organizacional es un proceso continuo que requiere no solo declarar victorias parciales, sino también consolidar los cambios en la cultura corporativa.
La era del cerebro y el papel del ser humano
Al final del día, todos estos procesos y avances tecnológicos comienzan y terminan con los seres humanos. Necesitamos personas para desarrollar la ciencia que impulsa los algoritmos, para seleccionar los datos y parametrizarlos, y para formular las preguntas y aplicar las respuestas. Es este «loop virtuoso» de la participación humana lo que permitirá a nuestras organizaciones no solo sobrevivir, sino prosperar en esta nueva era de inteligencia artificial y cognición aumentada.