Seguramente ha escuchado hablar sobre «transformación digital» término que ha llegado a convertirse en una frase de moda y ha despertado el interés de especialistas en tecnologías pero, ¿tenemos claro qué es y para qué es útil? algunos especialistas han empezado a alertar sobre la poca claridad en las definiciones de transformación digital y que algunas de ellas son tan restrictivas que se enfocan únicamente en la implementación de tecnologías mientras que otras son tan abiertas que incluso no requieren la presencia de la tecnología.

Excursus: Este asunto de la “transformación digital”, es tan etéreo que se ha convertido en un término “Polisémico”. Be aware … #BeingDigital #SerDigital #Digitalizacion #Digitalisering— Maite Vizcarra (@Techtulia) 5 de febrero de 2019

Queda clara la atención que existe hacia el tema cuando observamos las tendencias de búsqueda en google, hay interés, pero ¿hay claridad?.

No pretendemos en esta nota establecer una definición sobre el significado de transformación digital, ni siquiera pretendemos esbozar una definición operativa. Nuestro objetivo es presentar a debate un conjunto de definiciones para que usted, querido lector, cuente con referencias que le permitan construir una definición que le sea de utilidad para emprender ese proceso transformador que busca en su organización siempre asumiendo la perspectiva desde la educación superior.

Edmund Clark, CIO y Chief Digital Officer de la Universidad de St. Thomas define en este artículo la transformación digital como «transformar el negocio principal de una organización para satisfacer mejor las necesidades de los clientes al aprovechar la tecnología y los datos».

SalesForce enfoca su definición no tanto en los clientes sino en los procesos al definir la transformación digital como «el proceso de usar tecnologías digitales para crear nuevos procesos de negocios, cultura y experiencias de clientes, o modificarlas, para satisfacer los requisitos cambiantes de negocios y mercados» y añade que esta búsqueda por reimaginar el negocio en la era digital es de por sí la transformación digital.

Para EDUCAUSE en cambio, el término transformación digital «encapsula el cambio radical que se está produciendo en la cultura, el trabajo y la tecnología a medida que el panorama digital influye, y cambia, casi todo lo que hacemos». Desde este punto de vista el proceso de transformación no es necesariamente consecuencia de acciones internas sino parte de un proceso en el que se ven involucradas las organizaciones.

I-Scoop define transformación digital como «la transformación profunda de las actividades, procesos, competencias y modelos empresariales y organizacionales para aprovechar al máximo los cambios y oportunidades de una combinación de tecnologías digitales y su impacto acelerado en la sociedad de una manera estratégica».

Una definición más centrada en la tecnología encontramos en The Enterpise Project que la describe como «la integración de la tecnología digital en todas las áreas de una empresa, cambiando fundamentalmente la forma en que opera y ofrece valor a los clientes. También es un cambio cultural que requiere que las organizaciones desafíen continuamente el status quo, experimenten y se sientan cómodos con el fracaso.» Coincide con esta visión la firma consultora Gartner que la considera como «el proceso de explotar la tecnología digital para crear un nuevo modelo de negocio digital».

Jason Bloomberg, columnista de Forbes, señala que si bien toda iniciativa de transformación digital incluirán varios proyectos de digitalización, no se puede considerar solo ese componente ya que la transformación digital «requiere que la organización lidie mejor con el cambio en general, esencialmente haciendo del cambio una competencia central a medida que la empresa se convierte en una empresa orientada al cliente de extremo a extremo».

James Bilefield, asesor de la firma consultora McKinsey, señala que la transformación digital puede ser un «Caballo de Troya» que lleve consigo un proceso de transformación del negocio, proceso en el que la formación de una cultura de cambio resulta esencial.

Con este conjunto de definiciones podemos concluir que existe cierto consenso en que la transformación digital de una organización no pasa únicamente por la implementación de tecnologías digitales que reemplacen métodos tradicionales de hacer las cosas, sino que requiere un enfoque hacia procesos, personas e instituciones que constituyen en suma la cultura de la organización. Finalmente, también parece haber consenso en que el componente digital de la transformación digital no hace referencia tanto a la digitalización (convertir en digital aquello que es analógico) sino que se vincula a las características y dinámicas de la economía digital, que que Alfons Cornella denominó digitalismo a fines del siglo pasado.

En una siguiente nota discutiremos sobre las iniciativas de tranformación digital emprendidas por algunas universidades.

Se ha escrito mucho sobre el potencial impacto de la Inteligencia Artificial y las Analíticas de Datos en la educación, pero ¿Estamos ya en el momento en que podemos ver resultados? Según un último reporte de EDUCAUSE Learning Initiative las instituciones de educación superior se encuentran en el umbral, a punto de ingresar a una nueva era en el uso de la tecnología que permitirá potenciar nuestra capacidad de aplicar datos para ofrecer a los estudiantes experiencias de aprendizaje apropiadas para el desarrollo de las competencias requeridas para lo que ha venidos a llamarse como la Cuarta Revolución Industrial.

El reporte compara esta oportunidad con lo que significó para la ciencia el conocimiento sobre el genoma humano, pues la enorme capacidad de análisis de datos que está potencialmente disponible para las organizaciones educativas les permitirá identificar tendencias y construir modelos predictivos a partir de la información sobre el comportamiento de los estudiantes, identificar las causas del fracaso y las variables que impactan en el éxito estudiantil y así poder mejorar los servicios de mentoría y asesoría pudiendo prever el impacto de las decisiones y estimar los resultados su implementación.

Es así que el análisis de los datos nos permitirá conocer a detalle cómo es el estudiante hoy y cuáles son los cambios que se producen en el tiempo. Por ello ha denominado a esta iniciativa como «Proyecto Genoma del Estudiante» e identifica 10 puntos de atención que deben ser atendidos por las áreas de tecnologías en las universidades para poder aprovechar las oportunidades y encaminar la transformación digital de la educación superior.

Video resumen elaborado por ELI
  1. Estrategia de seguridad de la información: Desarrollar una estrategia de seguridad basada en el riesgo que detecte, que responda y prevenga efectivamente las amenazas y desafíos de seguridad.
  2. Enfoque en el Éxito estudiantil: Las áreas de TI de las universidades deben ser socios confiables para las unidades académicas y acompañarlas en la implementación de estrategias orientadas al éxito estudiantil
  3. Privacidad: Salvaguardar los derechos de privacidad de los estudiantes y docentes y establecer medidas efectivas para la protección de datos sensibles.
  4. Institución centrada en el estudiante: Es importante comprender y promover el papel de la tecnología en la optimización de la experiencia del estudiante durante toda su vida, desde que se acercan por primera vez a la universidad y durante toda la vida. Ninguna persona debería ser considerada como EXalumno.
  5. Integraciones digitales: Uno de los aspectos más importantes: garantizar la interoperabilidad, escalabilidad y extensibilidad de los sistemas, así como la integridad de los datos, la seguridad, y la gobernanza de datos y plataformas involucrando a todos los actores y gestores en la organización.
  6. Ser una organización basada en datos: Adoptar un enfoque basado en el análisis de datos implica rediseñar, reconstruir y remodelar la cultura organizacional que fortalezca el proceso de toma de decisiones basadas en la evidencia.
  7. Financiamiento sostenible: Es importante también desarrollar modelos de financiamiento que permitan mantener la calidad de los servicios y adaptarse a las necesidades cambiantes y al uso creciente de las tecnologías.
  8. Gestión de datos y gobernanza: Implementar prácticas institucionales de gobernanza de datos efectivas y vinculadas con la estructura organizacional, evitando silos y garantizando acceso y uso apropiado.
  9. Gestión Integradora de la Tecnología: Las instituciones educativas deben buscar reforzar el rol del liderazgo de de las áreas de tecnologías como socios estratégicos en el apoyo a las misiones institucionales.
  10. Asequibilidad y sostenibilidad: Se debe alinear las prioridades, recursos e inversiones en tecnología con las prioridades y los recursos institucionales para lograr un futuro sostenible e impacto en la sociedad.

Estos tópicos están agrupados en tres áreas como se observa en la siguiente infografía:

Este texto ha sido derivado del documento publicado por Susan Grajek «Top 10 IT Issues, 2019: The Student Genome Project» con licencia Creative Commons.

El término «alfabetización digital» toma como base los movimientos de alfabetización enfocados inicialmente en la lectura y escritura, y posteriormente, durante la segunda mitad del Siglo XX, en la alfabetización mediática que incluyó enfoques críticos hacia el papel de los medios en la globalización y la cultura, y, finalmente en la alfabetización informacional necesaria para enfrentar los retos de la Sociedad de la Información y el Conocimiento con la masificación de Internet a inicios del presente milenio. La alfabetización digital mantiene esta visión crítica, observando el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad y la cultura, y se enfoca en desarrollar competencias que permitan a las personas apropiar las tecnologías y utilizarlas como amplificadoras de las capacidades humanas.

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Una parte importante del aprendizaje tiene lugar fuera de las aulas y espacios tradicionales de enseñanza-aprendizaje. Si bien es cierto que el aprendizaje continúa sucediendo principalmente en las aulas, laboratorios, talleres y bibliotecas; el aprendizaje se produce cada vez más a través de la observación, y participación en experiencias reales. El aprendizaje basado en proyectos promueve experiencias de formación profesional a través de pasantías, prácticas virtuales y formación de equipos de proyectos para clientes externos. Tales actividades son a menudo un elemento clave de lo que se conoce como aprendizaje auténtico.

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