Mag. Blanca Jesús Joo Chang

Como en el cuento, la reina formula su pregunta al espejo, guiada por su mayor preocupación. Le pedí a la IA que formule su pregunta y ella respondió:

  • ¿Estoy ayudando a mejorar el aprendizaje de los estudiantes?,
  • ¿Estoy siendo justa y sin sesgos en mis decisiones y recomendaciones?
  • ¿Estoy protegiendo la privacidad y los datos de los estudiantes?
  • ¿Estoy evolucionando y mejorando con el tiempo?
  • ¿Estoy respetando y complementando el rol de los docentes humanos?

Las preguntas nos revelan su interés: su impacto en el proceso educativo, los prejuicios en sus respuestas, las normas de privacidad y seguridad, la capacidad de aprender y adaptarse y su forma de interactuar y colaborar.  Situaciones que a su vez dan una pista a la acción educativa, para moldear el rol de la IA en la tarea formativa. Cada escenario que se genera alrededor de la tecnología se convierte en un ambiente de aprendizaje.  Es así como la “Pedagogía de la pregunta” se repropone en medio de este contexto generado por la IA.

Si comparamos los prompts que requiere la IA con la pedagogía de Paulo Freire, nos chocamos con un enfoque similar en cuanto a promover el diálogo, el pensamiento crítico, la personalización y el aprendizaje activo. Ambos ponen como centro al ser humano para que participe activamente en su propio proceso de aprendizaje y desarrollo, empleando las preguntas como herramienta clave para la exploración y el descubrimiento. Es aquí donde encuentro “la perla” sobre la cual debemos trabajar para integrar la IA en el proceso de aprendizaje.

Podemos considerar la siguiente comparación:

El sentido no nace en el “aprender a usar las diferentes herramientas de IA”, el camino no se orienta con esta mirada tecnicista, sino más bien reflexiva, porque se busca aprender a aprender. Se orienta no sólo con un camino, sino con varios. Se busca crear y recrear no copiar, se profundiza en el analizar y evaluar no sólo en describir. Apunta a trabajar no sólo de manera individual, sino de manera colaborativa, se realza la interacción y el diálogo en medio de la personalización. La” llamada” que hace la IA, la descubrimos desde el “lente” con el cual decidimos mirar, desde la pregunta espejito, espejito… que nos hacemos al decidir interactuar con ella.  Se centra en el ser humano, por que es creada por él, usada para él y transformada por él.  El principal desafío de este tiempo es elegir “el lente” con el cual vamos a mirar para orientar nuestras acciones.