El futuro de la educación superior está marcado por cambios significativos, según un informe de HolonIQ en asociación con el American Council on Education (ACE). El estudio examinó 50 años de cambios en la Clasificación Carnegie y su impacto en la educación superior de Estados Unidos, abarcando desde 1970 hasta la actualidad.
Uno de los cambios más destacados es el aumento de la participación de las mujeres en la educación superior. En la década de 1970, representaban aproximadamente el 20% de las matrículas, mientras que en la actualidad representan casi el 60%, en línea con el promedio global, sin embargo la participación de las mujeres en cargos directivos y en la academis sigue siendo muy bajo. Además, la diversidad étnica ha aumentado, con un descenso de la proporción de estudiantes blancos (de más del 85% en la década de 1970 a poco más del 50% en la actualidad) y un crecimiento notable de los estudiantes hispanos, que representan más del 20% de las matrículas y se espera que sigan aumentando hacia 2030.
En cuanto a la cantidad de graduados de secundaria, ha habido un crecimiento notable en los últimos 150 años, pero se espera que disminuya después de 2025, volviendo a niveles similares a los de 2015 para 2030. Esto levanta preocupaciones para las universidades como para la fuerza laboral en general.
En términos de modalidades de aprendizaje, ha habido un cambio significativo hacia la educación en línea y híbrida en los últimos años. Antes de la pandemia de COVID-19, las inscripciones en modalidades presenciales habían disminuido aproximadamente un 10% desde 2012, y durante la pandemia, las inscripciones en campus cayeron por debajo del 30% y no han vuelto a los niveles anteriores. Se prevé que el declive del aprendizaje exclusivamente presencial continúe, con las modalidades en línea e híbridas como dominantes en el futuro cercano.
Otro factor que influye en el panorama cambiante es la población estudiantil internacional. Aunque países como Canadá, Australia y el Reino Unido han ganado participación en el mercado de estudiantes internacionales, se estima que Estados Unidos recibirá 1,2 millones de estudiantes internacionales para 2030, y se espera que India supere a China como el principal grupo de estudiantes internacionales.
La demanda de habilidades y credenciales también ha sido objeto de debate en la educación superior. Hay una presión creciente sobre las instituciones para que respondan a las falta de habilidades y para que alineen el aprendizaje con las necesidades emergentes de la fuerza laboral y las tecnologías en desarrollo. En cuanto a los cambios laborales, la industria manufacturera ha disminuido en términos de empleo, mientras que los sectores de educación privada y servicios de salud han experimentado un crecimiento significativo. Las ocupaciones con mayor crecimiento que requieren una licenciatura o más se encuentran en el campo de la salud y las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Otro fenómeno destacado es el aumento de las credenciales no universitarias, que se espera que sean la forma de reconocimiento más común en la educación superior de Estados Unidos en los próximos 10 años. Cada vez más empleadores y estudiantes consideran que las certificaciones de la industria son valiosas para destacar en el mercado laboral, sin embargo las instituciones educativas, a pesar de observar el potencial de las mismas, no las están adoptando con decisión, señala el informe.
Estos cambios en la educación superior están respaldados por importantes inversiones. En los últimos 10 años, se han destinado miles de millones de dólares en capital privado a nuevos modelos de aprendizaje y capacitación, con un enfoque en la capacitación laboral, los bootcamps y los cursos en línea masivos y abiertos (MOOCs). Además, se ha producido un aumento significativo en la emisión de insignias digitales y se espera que las microcredenciales se integren en la mayoría de los programas de grado en el futuro.
En resumen, la educación superior en está experimentando cambios profundos en términos de participación de género, diversidad étnica, modalidades de aprendizaje, estudiantes internacionales, demanda de habilidades y tipos de credenciales. Estos cambios están configurando el futuro de la educación superior y plantean desafíos y oportunidades para las instituciones académicas y la fuerza laboral en general.