En una inspiradora muestra organizada por Innovación Educativa y la Facultad de Hotelería, Turismo y Gastronomía de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, los estudiantes presentaron proyectos que reflejan cómo la tecnología puede transformar la forma en que se promueve el turismo en el Perú. 

Entre las presentaciones más destacadas, la estudiante Mariana Galecio expuso su proyecto “Diagnóstico y Proyección del Desarrollo Turístico de Santa Rosa de Quives”, una propuesta innovadora que integra investigación, sostenibilidad y tecnología aplicada. A través de una experiencia inmersiva en realidad virtual, los asistentes pudieron recorrer virtualmente los principales atractivos del distrito y conocer su potencial como destino turístico religioso y cultural. 

El proyecto, desarrollado en el marco del curso Consultoría Turística, tuvo como objetivo promover el turismo en Santa Rosa de Quives y fomentar el uso de herramientas tecnológicas en la gestión y promoción de destinos locales. 

Asimismo, durante la muestra se presentó el proyecto “Diversificación de la oferta turística de Lunahuaná”, a cargo de los estudiantes Valeria Ríos y Minoru Fujino, desarrollado en el curso Promoción Turística. Su propuesta incorporó elementos de realidad virtual y gamificación para ofrecer una experiencia interactiva que destacó el valor del turismo vivencial en la región. 

El evento contó con la participación de representantes de Viajeros Perú, quienes compartieron su experiencia en el sector y resaltaron la importancia de estas iniciativas académicas para impulsar la innovación en el turismo nacional. 

Estas presentaciones reflejan el compromiso de nuestros estudiantes con la creatividad, la tecnología y el desarrollo sostenible del turismo, demostrando cómo desde la universidad se construyen nuevas formas de conocer y valorar el patrimonio del Perú. 

Te invitamos a vivir la experiencia “Santa Rosa de Quives en Realidad Virtual” y descubrir cómo la innovación y la tecnología están transformando la manera de conocer y promover el turismo en el Perú.

La sesión, del viernes 10 de octubre, estuvo a cargo de Diego Castrillón (director de desarrollo de negocios y alianzas de uDocz), quien presentó hallazgos de un estudio sobre uso de IA en la educación superior peruana y mostró “Doc”, un tutor con contexto institucional. uDocz reporta una comunidad de 4 millones de estudiantes y 200 mil docentes en la región, y 18 meses de trabajo continuo desarrollando el tutor para acompañar el aprendizaje en universidades latinoamericanas.  

Desde la mirada estudiantil, 95% usa alguna herramienta de IA, aunque con bajo dominio para fines académicos. Tres de cada cinco perciben que, usada correctamente, la IA eleva la calidad, y 97% la considera clave para su futuro profesional. Sin embargo, dos de cada tres estudiantes se muestran insatisfechos con la integración institucional y temen sanciones por uso indebido, lo que exige reglas claras de evaluación y acompañamiento.  

En la perspectiva docente, solo 8% declara integrar formalmente la IA en su estrategia pedagógica y 74% demanda formación continua. Identifican beneficios en preparación de clases, evaluación/retroalimentación y personalización; no obstante, citan barreras como falta de tiempo (52%), dificultad para ubicar información (23%) y nula integración a sus plataformas (16%). La mayoría la usa entre 1 y 4 veces por semana, con niveles de dominio divididos entre neutral (43,3%) y alto/muy alto (47%). Se subraya la necesidad de gobernanza institucional y lineamientos éticos.  

El tutor “Doc” se despliega con materiales, sílabos y rúbricas de cada curso y sección, y ofrece cuatro modos: estudiar para un examen, aprender un tema, resolver un problema y “ponte a prueba” por niveles. Incorpora andamiaje socrático y genera un tablero para la institución con reportes semanales de “verbatim”, errores recurrentes y brechas para acciones remediales. Están en desarrollo funciones de “estatus” para el estudiante y reportes de riesgo por sección y por alumno para el docente.  

Como marco de decisión para las instituciones, Castrillón citó indicadores sectoriales: 40% de implementaciones se orienta al “student engagement”; el retorno sobre la inversión alcanza 3,4x en un promedio de 15 meses; y para 2028 más del 70% de los recursos de enseñanza se desarrollará con IA. Estas cifras refuerzan la urgencia de estrategias de adopción con gobernanza y formación docente.  

En síntesis, la evidencia sugiere una alta adopción espontánea del estudiantado, una demanda fuerte de desarrollo profesional docente y el valor de tutores con contexto institucional para personalización, evaluación formativa y retención. El desafío inmediato pasa por reglas claras, integración en el LMS y monitoreo pedagógico continuo. 

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Por: Bruno Chacón

En la educación universitaria actual, donde el tiempo y la eficiencia son recursos tan valiosos como el conocimiento, Power Automate se convierte en un aliado estratégico para los docentes. Esta herramienta permite optimizar procesos administrativos, reducir errores y fortalecer la comunicación con los estudiantes, liberando espacio para lo esencial: enseñar, acompañar e innovar en la experiencia de aprendizaje.

Conectar nuestras herramientas (Teams, Outlook, OneDrive, SharePoint) en un flujo automático nos permite ahorrar tiempo y reducir la carga administrativa, para dedicarlo a lo que realmente importa: enseñar, guiar e innovar.

La tecnología no reemplaza al docente, pero sí puede ser su mejor asistente. A continuación, menciono los beneficios del uso de Power Automate en la educación superior:

1. Automatización de tareas repetitivas

En vez de enviar manualmente recordatorios de clases, evaluaciones o entregas, Power Automate puede programar correos y notificaciones automáticas.
Ahorra tiempo en procesos rutinarios, como registrar asistencia o recopilar respuestas de formularios.

2. Integración con herramientas educativas

Se conecta fácilmente con Microsoft Teams, Outlook, OneDrive y SharePoint, muy usados en la educación superior.
Permite centralizar la información de estudiantes, horarios y documentos sin tener que saltar entre plataformas.

3. Mejora en la comunicación con estudiantes

Puedes crear flujos que envíen mensajes personalizados, por ejemplo: Confirmaciones de inscripción a tutorías, recordatorios de asesorías programadas y alertas de calificaciones publicadas.

4. Gestión más eficiente de documentos

Archiva automáticamente entregas de trabajos en carpetas organizadas.
Genera reportes de asistencia, notas o participación en encuestas sin necesidad de hacerlo manualmente.

5. Apoyo en la investigación

Automatiza la recopilación de datos de formularios o encuestas.
Integra la información en Excel o Power BI para análisis más rápido y visual.

6. Mayor enfoque en lo pedagógico

Al reducir la carga administrativa, el docente puede dedicar más tiempo a la enseñanza, tutoría e innovación.

Adoptar herramientas como Power Automate no es solo una cuestión tecnológica, sino una decisión pedagógica. Cada flujo automatizado es una oportunidad para recuperar tiempo, innovar en la práctica docente y ofrecer una experiencia educativa más humana y efectiva. Atrévete a explorar su potencial: comienza con una tarea sencilla y descubre cómo la automatización puede transformar tu día a día como educador.

En la sesión del viernes 19 de septiembre, la Comunidad IA en la educación recibió a Manuel Sotomayor, psicólogo educativo y responsable de estrategia de IA educativa en Centrum PUCP. Su ponencia abordó la “paradoja cognitiva de la IA”: una tecnología capaz de amplificar las capacidades intelectuales, pero que, al mismo tiempo, puede erosionar habilidades cruciales para el aprendizaje, como el pensamiento crítico y la autorregulación. 

Sotomayor ilustró el dilema con un caso típico: dos estudiantes resuelven un estudio de negocios; quien usa IA produce más rápido análisis sólidos, pero puede no haber internalizado el razonamiento que sustenta sus respuestas. El foco en “productos” por encima de procesos cognitivos y afectivos —advirtió— pone en riesgo el desarrollo de competencias analíticas. De ahí su llamado a replantear el diseño pedagógico y las evidencias de aprendizaje en entornos con IA. 

Desde la teoría, articuló tres marcos. Primero, la teoría de la carga cognitiva: reducir carga extrínseca (presentaciones y materiales mal diseñados) para favorecer la carga germinal, donde ocurre la construcción de esquemas y el aprendizaje profundo. La “trampa” aparece cuando la IA no solo quita lo extrínseco sino también sustituye esfuerzo germinal, desplazando el “sweet spot” de dificultad deseable. El segundo y tercer marco vinculan taxonomías de Bloom con los sistemas 1 y 2 de Kahneman: si la IA se apropia tanto de las habilidades de orden inferior como de las superiores, el andamiaje evolutivo del aprendizaje se resiente. 

A nivel empírico, el expositor reseñó hallazgos recientes. En tareas aplicadas, estudiantes con IA y orientación docente mejoran su desempeño; sin orientación, la variabilidad aumenta y el promedio cae frente a quienes trabajan sin IA. No obstante, emerge un dato incómodo: 50% declara fuerte dependencia de la IA y 16,7% teme perder capacidad de resolución autónoma. Este debate se enlaza con el modelo FACT (Fundamento–Aplicación–Crítica–Transferencia), propuesto como guía para decidir en qué tipos de habilidades conviene o no integrar IA, siempre con cautela contextual. 

El ángulo neurocognitivo refuerza la paradoja: estudios comparando “cerebro solo”, búsqueda en Google y uso de modelos generativos reportan menor conectividad y patrones menos complejos con IA, con efectos que persistirían aun después de dejar de usarla (“deuda cognitiva”). La implicación didáctica es concreta: sostener prácticas espaciadas, generación activa de respuestas y exposición a dificultades deseables para asegurar aprendizaje significativo en tiempos de IA. 

El diálogo posterior conectó estas ideas con experiencias de aula y gestión del curso: se subrayó que rediseñar flujos de trabajo y secuencias de actividades puede ayudar a “surfear” la tensión entre apoyo y atrofia, evitando la “ficción” de enseñar, producir y evaluar todo con IA. La invitación final fue explícita: educar para navegar esa tensión de forma productiva, con criterios éticos y de evaluación auténtica. 

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En un entorno cada vez más interconectado y digital, la relevancia de abordar la salud mental y el bienestar general se intensifica en el ámbito de la educación superior. Especialmente desde la pandemia del COVID-19, que obligó a migrar hacia entornos virtuales donde las estrategias tradicionales no lograban captar la atención de los estudiantes. Este cambio impulsó el uso de entornos virtuales de aprendizaje (EVA), los cuales han demostrado fomentar la autonomía, la autoeficacia y la motivación, factores clave tanto para el rendimiento académico como para el desarrollo emocional de los universitarios (Loyola Muñoz, Soria Pérez & Nagamine Miyashiro, 2026). 

Los avances tecnológicos y la innovación ofrecen oportunidades sin precedentes para enfrentar estos desafíos de manera novedosa y efectiva. En este escenario, la gamificación que trasciende el entretenimiento lúdico al aplicar componentes del diseño de juegos y plataformas digitales en contextos educativos emerge como una estrategia crucial para captar la atención de los alumnos y mejorar la salud mental en estudiantes universitarios. Recientemente, se ha explorado el uso de inteligencia artificial en la gamificación para personalizar experiencias, detectar patrones de estrés y ofrecer retroalimentación adaptativa, lo cual potencia su impacto en el bienestar emocional. Como señala Gonzales, Rodríguez y Torres (2024), “la gamificación con inteligencia artificial permite identificar patrones de comportamiento que pueden estar relacionados con estados emocionales como el estrés o la ansiedad, facilitando intervenciones oportunas” (p. 8). 

La gamificación es una estrategia que adopta las características de juegos o videojuegos como los desafíos, recompensas, niveles, tablas de puntuación, entre otros, para captar la atención del usuario y guiarlo hacia el logro del objetivo designado. Es importante tener en cuenta que esta estrategia puede aplicarse en distintos ámbitos. En el caso específico de la educación, se ha demostrado que la gamificación mejora la autoestima, la autoeficacia y el compromiso académico (Martín Laca Olivos Chang, Díaz García & Piscoche Botello, 2024). 

Los conceptos mencionados anteriormente están estrechamente relacionados con la motivación y la atención. La gamificación, al ofrecer retroalimentación instantánea y una sensación de progreso, estimula al alumno y permite una mejor transferencia de información. Además, el estímulo experimentado ayuda a reducir el estrés y la ansiedad que puedan surgir durante los estudios (Gonzales et al., 2024). 

Algunos ejemplos de estrategias gamificadas incluyen simuladores, juegos serios, juegos de escape, cuestionarios interactivos, entre otros. 

La gamificación ofrece beneficios como mayor participación, reducción de ansiedad y mejora de la autoestima y la eficacia académica. Sin embargo, para lograr un impacto real, se requiere de docentes capacitados y de una alineación clara entre las actividades lúdicas y los objetivos pedagógicos. Como advierten Martín Laca Olivos Chang et al. (2024), “el diseño de las dinámicas gamificadas debe estar alineado con los objetivos pedagógicos para lograr impacto real” (p. 12). 

La innovación educativa tecnológica tiene el potencial de transformar la experiencia de enseñanza-aprendizaje y puede generar un impacto significativo en la salud mental y el rendimiento del alumno. 

¿Estamos diseñando experiencias que cuidan la mente del estudiante o simplemente adaptándonos a su distracción digital? 


Referencias 

Gonzales, J., Rodríguez, M., & Torres, L. (2024). La inteligencia artificial en la gamificación para promover la salud mental de los estudiantes universitarios: una revisión de alcance.

Loyola Muñoz, P. A., Soria Pérez, Y. F., & Nagamine Miyashiro, M. M. (2026). Entornos virtuales de aprendizaje y su eficacia en el éxito académico y emocional de los universitarios: una revisión sistemática

Martín Laca Olivos Chang, L. J., Díaz García, M. L., & Piscoche Botello, C. A. (2024). Gamificación como estrategia para mejorar la motivación en estudiantes universitarios

Texto redactado con el apoyo de Chat GPT.

Por: Manuel Bazalar

En un mundo donde la información se ha convertido en el recurso más valioso, las universidades tienen el reto de evolucionar hacia una cultura data driven, es decir, tomar decisiones basadas en datos y no en percepciones o intuiciones. Este cambio no solo mejora la gestión interna, sino que también fortalece la experiencia de los estudiantes.

Adoptar este enfoque significa usar los datos en todos los niveles de la institución: desde la gestión académica hasta la planeación estratégica. Con ello, las universidades pueden identificar tendencias, anticipar problemas y personalizar la enseñanza de manera más efectiva.

Uno de los beneficios más claros es la reducción de la deserción estudiantil. Analizando datos de rendimiento, asistencia y participación, las instituciones pueden detectar tempranamente a estudiantes en riesgo y brindarles apoyo antes de que abandonen sus estudios.

Además, una universidad que se guía por datos logra eficiencia operativa. Al integrar información de diferentes áreas, se optimizan recursos financieros y tecnológicos, y se toman decisiones más rápidas y sostenibles.

La rendición de cuentas es otro aspecto fundamental. Al contar con métricas claras, las universidades demuestran transparencia ante estudiantes, familias y organismos acreditadores, fortaleciendo su prestigio y confianza social.

Un estudio de The Chronicle of Higher Education (2023) muestra que el 97% de los líderes universitarios considera indispensable el uso de datos para la estrategia institucional, aunque muchas instituciones aún enfrentan barreras como silos de información y falta de competencias analíticas.

Un ejemplo inspirador es el caso de la University of North Texas (UNT) en Estados Unidos. Esta institución implementó un sistema integral de gestión de datos que permitió identificar a estudiantes en riesgo de abandono y crear programas de acompañamiento personalizados. Como resultado, logró aumentar sus tasas de retención y graduación en los últimos años, mostrando cómo el análisis inteligente de datos puede tener un impacto directo en el éxito estudiantil (IHEP, 2024).

Superar los desafíos hacia una cultura data driven requiere liderazgo, inversión tecnológica y formación en alfabetización de datos. No basta con recolectar información, es necesario convertirla en conocimiento accionable que transforme la enseñanza y el aprendizaje.

En conclusión, los centros de estudios superiores que apuestan por esta cultura no solo fortalecen su gestión institucional, sino que también ofrecen a sus estudiantes mejores oportunidades de éxito y empleabilidad. El caso de la UNT demuestra que ser data driven no es una tendencia, sino una estrategia real y efectiva para la educación del futuro.

Cada 20 de septiembre, el Día Internacional del Deporte Universitario —impulsado por la UNESCO y la Federación Internacional de Deporte Universitario— destaca el papel del deporte como catalizador de bienestar integral, formación ética y fortalecimiento de la vida universitaria. Esta conmemoración invita a las instituciones de educación superior a integrar el deporte en su propuesta educativa, fomentando valores como la colaboración, la disciplina y el respeto, esenciales para una formación universitaria de calidad y para el avance hacia una educación verdaderamente innovadora.

El deporte universitario no solo contribuye a la salud física y mental, sino que también desarrolla habilidades transversales clave: liderazgo, resiliencia, comunicación efectiva y trabajo en equipo. Estas competencias resultan fundamentales en un mundo laboral y social que demanda adaptabilidad y creatividad. De esta manera, el deporte se convierte en una herramienta educativa que potencia el aprendizaje activo y promueve una cultura de bienestar en el campus, aportando directamente al ODS 3 (Salud y bienestar) y al ODS 4 (Educación de calidad), al integrar la actividad física como parte esencial de una formación integral.

Un ejemplo inspirador a nivel global es la FISU World University Games, evento multideportivo internacional que reúne cada dos años a miles de estudiantes-atletas de universidades de todo el mundo. Esta experiencia refuerza la idea de que el deporte es un vehículo para el desarrollo de habilidades globales y para el fortalecimiento de comunidades universitarias diversas y comprometidas.

En el ámbito local, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) destaca con su Programa Deportivo de Alta Competencia (Prodac), que respalda a más de 700 estudiantes-deportistas en 22 selecciones. Este programa no solo promueve el alto rendimiento, sino que integra becas, tutorías, apoyo psicológico y nutricional, así como flexibilidad académica, permitiendo que los estudiantes equilibren su formación profesional con el entrenamiento y la competencia de alto nivel. La UPC ha logrado resultados sobresalientes en competencias nacionales, demostrando que el deporte universitario puede ser un eje estratégico de bienestar, inclusión y excelencia académica dentro de una universidad peruana.

En la UPC creemos que el deporte universitario es mucho más que una competición: es una herramienta formativa que impulsa el bienestar, fortalece valores y prepara a nuestros estudiantes para liderar con integridad en un mundo en constante cambio. Celebrar este día es reafirmar nuestro compromiso con una educación integral.
Daniel Cino Barreda, Jefe de Deportes de la UPC

Celebrar el Día Internacional del Deporte Universitario es, por tanto, reconocer que el deporte no solo es actividad física: es una estrategia educativa para el desarrollo humano, la cohesión social y la preparación de ciudadanos capaces de enfrentar los desafíos del siglo XXI. Integrar iniciativas como las de la FISU y la UPC en la vida universitaria es una oportunidad para que las instituciones avancen hacia una educación más inclusiva, saludable y sostenible.

Texto escrito con el apoyo de Chat GPT y la colaboración de Daniel Cino.

En el marco de la 13.ª Conferencia Anual ,de CourseraTransforming learning in an AI-powered world“, celebrada el 9 de septiembre de 2025 en Las Vegas, se anunciaron los ganadores de los 2025 Customer Awards for Outstanding Achievement, reconociendo a instituciones y organizaciones que han logrado un impacto transformador mediante el aprendizaje digital. Estos galardones evalúan dimensiones como impacto, innovación, compromiso, valores y contribución a la comunidad global de aprendizaje.

Dentro de esta prestigiosa premiación, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) se alzó con el Maximizing Impact Award, destacándose por haber construido uno de los ecosistemas de aprendizaje digital más completos de América Latina. Su integración de herramientas como AI Grading, Coursera Coach, características de traducción y rutas de aprendizaje autodirigidas ha permitido emitir más de 540,000 certificados, otorgar 700,000 créditos académicos y alcanzar una tasa de empleabilidad del 85 % entre sus graduados.

Por parte de la UPC, asistieron a recibir el premio Soledad Alfaro y Jorge Bossio.

Este logro no solo resalta su liderazgo en innovación educativa, sino que también subraya sus pilares estratégicos: excelencia académica, personalización del aprendizaje, incorporación inteligente de tecnologías emergentes y compromiso con el desarrollo profesional de los estudiantes. Que este reconocimiento sea un impulso para seguir explorando tendencias, forjando alianzas con otras instituciones educativas y consolidando un futuro donde la colaboración y la innovación sigan transformando vidas.

Texto redactado con el apoyo de Chat GPT.

Bajo el lema “Conectando capacidades, creando futuro”, el Encuentro Nacional de Universidades de MetaRed TIC Perú 2025 iniciativa impulsada por Universia, se llevó a cabo el 4 de septiembre en la Universidad Continental. Esta jornada reunió a representantes de diversas universidades del país para dialogar, colaborar y co-crear propuestas que impulsen la transformación digital de la educación superior, marcando un hito en el trabajo colaborativo para fortalecer la educación en el Perú.

La apertura del evento estuvo a cargo de Christina Saksanian, rectora de la Universidad Continental, y Edward Roekaert, presidente de MetaRed TIC Perú, quienes resaltaron la importancia de consolidar la comunidad académica del país, compartir avances y co-crear iniciativas que aceleren la transformación digital de la educación superior.

Uno de los momentos más destacados fue el panel de expertos “Desafíos del uso de la IA en la educación superior”, con la participación de:

Jorge Bossio, secretario general de MetaRed TIC Perú.

Ezequiel Molina, economista senior del Banco Mundial para América Latina.

José Carlos Machicao, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

panel metaredtic

El panel permitió reflexionar sobre el papel de la inteligencia artificial en la educación superior, sus oportunidades y desafíos, así como la necesidad de integrarla con un enfoque ético y estratégico en las instituciones académicas.

Posteriormente, los asistentes participaron en mesas temáticas conformadas por los seis grupos de trabajo de MetaRed TIC Perú: Educación a Distancia, Tecnologías Educativas, Ciberseguridad, Gobernanza, Mujeres TIC e Inteligencia Artificial.

Cada mesa presentó propuestas conjuntas y definió tres compromisos estratégicos que guiarán la agenda de trabajo colaborativo en los próximos meses.

El evento concluyó con un mensaje de cierre a cargo de Jorge Bossio, secretario general de MetaRed TIC Perú, quien invitó a las universidades a continuar trabajando juntas en el diseño de soluciones innovadoras que fortalezcan la educación superior en el país.

Encuentros como este reflejan la disposición de docentes, investigadores y autoridades por participar activamente, compartir conocimientos y colaborar en la mejora continua de la educación superior en el Perú. Esta actitud abierta y comprometida es la que permite generar cambios reales y construir un futuro académico más sólido e inclusivo para todos.