Durante el mes de febrero, en las sesiones de la Comunidad IA en la Educación expertos y docentes discutieron el impacto de la inteligencia artificial en la enseñanza superior. Con un enfoque en la co-inteligencia, la ética y casos prácticos de implementación, estos encuentros reflejaron el compromiso del grupo por generar conocimiento y compartir buenas prácticas en el ámbito educativo . 

14 de febrero: explorando la Co-Inteligencia y avances del proyecto editorial

El docente Daniel Flores abrió la sesión con una exposición comentando unas notas sobre el libro «CoInteligencia: Vivir y Trabajar con la IA» de Ethan Mollick. La discusión giró en torno a cómo la inteligencia artificial puede potenciar las capacidades humanas en lugar de reemplazarlas. Se destacaron modelos como el centauro (colaboración entre humano e IA) y el cyborg (integración total de la IA en la vida cotidiana). 

Asimismo, se presentó un ambicioso proyecto editorial, que busca recopilar artículos y reflexiones de la comunidad en un libro sobre IA aplicada a la educación. Se alentó a los participantes a contribuir con sus propias experiencias y conocimientos. 

21 de febrero: avances en la ética y transparencia de la IA

La siguiente sesión estuvo marcada por un resumen de los avances del estudio sobre ética, transparencia y responsabilidad social en IA. Madeleine Palacios lideró la presentación de una revisión sistemática de literatura, basada en el estudio de más de 118 artículos científicos obtenidos de bases de datos como Scopus y Web of Science. 

Uno de los hallazgos más significativos reveló que menos del 10% de las instituciones educativas cuentan con políticas claras sobre el uso de la IA generativa. Además, se evidenció que la formación docente en inteligencia artificial está enfocada más en aspectos técnicos que en competencias éticas. También se discutió el aprendizaje federado, un innovador enfoque que permite procesar datos sin comprometer la privacidad. 

Para facilitar el análisis de datos, se destacó la posible implementación de herramientas como NVivo y VOSviewer, que permiten realizar estudios cualitativos y bibliométricos con mayor precisión. 

28 de febrero: Aplicaciones Prácticas y Cierre del Mes

La última sesión del mes sirvió para evaluar el progreso de los proyectos de la comunidad. Se destacó que la revisión sistemática sobre ética en IA había alcanzado un 50% de avance. 

El punto culminante de la reunión fue la presentación del profesor universitario Felipe Yong Chung, quien compartió un caso práctico de integración de IA en la educación. Su proyecto, aplicado en un curso de ciencias administrativas, permitió a los estudiantes utilizar motores de búsqueda académicos, herramientas de análisis de texto y software estadístico para mejorar sus habilidades en investigación. La experiencia demostró cómo la inteligencia artificial puede optimizar procesos de enseñanza y mejorar la eficiencia en el aprendizaje. 

Un espacio de construcción académica

Las sesiones de febrero reflejaron el esfuerzo de la Comunidad IA en la educación por consolidarse como un espacio de generación de conocimiento y buenas prácticas en la intersección entre inteligencia artificial y educación. Con la mirada puesta en la documentación y divulgación de sus investigaciones, el grupo continúa promoviendo la reflexión crítica y la aplicación responsable de estas tecnologías. 

A medida que avancen los proyectos, se espera que los hallazgos y publicaciones resultantes sirvan como referencia para otras instituciones educativas interesadas en incorporar la IA de manera efectiva y ética en sus procesos de enseñanza-aprendizaje.

Mag. Blanca Jesús Joo Chang

Entre pasillos se escucha un “soplaré y soplaré, y tu casa derribaré”;  es inevitable sentir temor cuando se camina por un lugar desconocido, o cuando la duda está rondando constantemente. Algunos sienten que la tecnología complica situaciones y otros que viene a resolver todos los problemas, y en algún punto, la necesidad del equilibrio entre una postura y otra, pasa desapercibida. 

Esta frase nos pone en alerta, estado en el cual siempre debemos estar, pero no con temor, sino con seguridad y esperanza. Pensemos en cómo está nuestra “casa”, la frase sale de este cuento popular, nos exhorta a hacer un “alto” urgente. La velocidad de los cambios y actualizaciones nos sobrepasa y se lleva todo lo que hay a su paso; y con ello las posibilidades de procesar y reflexionar cada situación vivida.

La IA está reestructurando la forma en que aprendemos, accedemos al conocimiento y enseñamos, de manera que las «casas» pueden colapsar ante los avances tecnológicos.

Derribar esas casas no necesariamente implica destrucción, sino la oportunidad de reconstruir estructuras más sólidas y adaptadas a la era digital. La IA no tiene la intención de eliminar lo existente, sino de hacerlo evolucionar.

No sólo se ven involucrados los estudiantes y docentes, la IA también está cambiando el rol de los padres como guías en el aprendizaje de sus hijos. «Derribar la casa» implica la necesidad de adaptar las dinámicas familiares para integrar la tecnología de manera positiva, colaborando en la educación de sus hijos en un entorno cada vez más digitalizado, equilibrando las situaciones con y sin tecnología con un sentido y propósitos claros.

Necesitamos desarrollar la autonomía, el pensamiento Crítico y la Inteligencia emocional como columnas y de manera transversal, valores de Fe que guíen nuestras decisiones y acciones.

Para fomentar la acción interactiva entre éstos, sugiero implementar los seminarios socráticos que permitirán desarrollar también la personalización del aprendizaje y el aprendizaje adaptativo en un contexto virtual, porque cada “casa” es diferente. Asimismo, podemos usar la IA como asistente en el proceso de debate en la preparación y durante el proceso, con ello podremos ver esta frase “soplaré y soplaré y tu casa derribaré”, no como “derribar al oponente”, sino como identificar en uno mismo, lo que se requiere derrumbar.  Aquí un gráfico sobre cómo podemos implementar IA en el contexto arriba descrito, considerando un escenario virtual y presencial de clase:

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Que este «derribar» no sea visto como una amenaza, sino como una oportunidad para reconstruir un sistema educativo más robusto, flexible y capaz de responder a los desafíos del siglo XXI.

El futuro de la educación digital está en manos de mentes creativas y visionarias, y este año, DigiEduHack 2024, una iniciativa de la Unión Europea ha reunido a equipos de todo el mundo para resolver los desafíos del aprendizaje en la era digital.
Entre los proyectos finalistas, fueron tres los ganadores globales en la categoría Beginners, se encuentran los equipos  SignEdge (Perú), Edumind (México) y AiCademy (Italia) quienes han desarrollado soluciones impactantes para mejorar la accesibilidad, la motivación y la sostenibilidad en entornos educativos digitales.

En particular, SignEdge, solución ganadora de la Maratón de Innovación Educativa 28h, conformado por los estudiantes Alexander Gregorio León Torres, Thais Anjeli Meza Ccoyllo, Milagros Araceli Peceros Chambi y el docente Henry Daniel Lazarte Reátegui  de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y la estudiante  Damaris Pizán García de la Universidad César Vallejo (UCV), ha puesto en alto el nombre del Perú con una propuesta innovadora que busca hacer la educación digital más accesible e inclusiva para todos. Su trabajo demuestra que la innovación latinoamericana tiene un gran potencial para generar impacto a nivel global.

Hackathons como DigiEduHack juegan un papel clave en la transformación de la educación, ya que permiten a estudiantes, docentes y profesionales colaborar, idear y desarrollar soluciones concretas para mejorar el aprendizaje en un mundo digital. Estos espacios fomentan la creatividad, el pensamiento crítico y la aplicación de tecnología con propósito, impulsando cambios significativos en la educación global. ¡Felicitamos a SignEdge, Edumind, y AiCademy por su gran logro, y a todos los participantes que contribuyeron con su talento e innovación en esta edición de DigiEduHack!

El 14 de marzo se celebra el Día Internacional de las Matemáticas, una fecha proclamada por la UNESCO que nos invita a reflexionar sobre el papel fundamental que esta disciplina desempeña en nuestras vidas. Más allá de los números y ecuaciones, las matemáticas están presentes en la toma de decisiones diarias, en la resolución de problemas y en el desarrollo del pensamiento lógico. Desde la planificación de un presupuesto hasta la comprensión de fenómenos naturales, esta ciencia se convierte en una herramienta clave para interpretar el mundo y afrontar sus desafíos.

En el ámbito educativo, las matemáticas no solo transmiten conocimientos, sino que fortalecen habilidades esenciales como el razonamiento crítico, la creatividad y la capacidad de analizar información. Su enseñanza es crucial para preparar a los estudiantes en un mundo cada vez más digitalizado, donde la programación, la inteligencia artificial y el análisis de datos son competencias altamente valoradas. Fomentar el aprendizaje de las matemáticas con metodologías innovadoras, como la gamificación o la realidad aumentada, puede hacer que su estudio sea más atractivo y accesible para todos.


Las matemáticas están llenas de secretos por descubrir, demostrar y comprender. En este video de Aprendemos Juntos 2030, el matemático Antonio J. Durán nos invita a explorar su historia, su impacto y la importancia de enseñarlas de forma más creativa.

La importancia de las matemáticas en la educación está estrechamente vinculada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4: Educación de calidad. Garantizar que todos los estudiantes adquieran habilidades matemáticas sólidas contribuye a la equidad en el acceso a oportunidades educativas y laborales. En un mundo donde la alfabetización matemática es cada vez más relevante, es fundamental que las instituciones educativas promuevan enfoques inclusivos y efectivos para su enseñanza, reduciendo así las brechas de aprendizaje. En este Día Internacional de las Matemáticas, celebremos su impacto en la educación y en la vida cotidiana. Apostemos por estrategias innovadoras que despierten el interés por esta disciplina y que permitan a los estudiantes comprender su utilidad más allá del aula. Porque formar ciudadanos con pensamiento lógico y capacidad analítica no solo contribuye a su desarrollo personal, sino que también fortalece sociedades más preparadas para enfrentar los retos del futuro.

Mag. Blanca Jesús Joo Chang

Como en el cuento, la reina formula su pregunta al espejo, guiada por su mayor preocupación. Le pedí a la IA que formule su pregunta y ella respondió:

  • ¿Estoy ayudando a mejorar el aprendizaje de los estudiantes?
  • ¿Estoy siendo justa y sin sesgos en mis decisiones y recomendaciones?
  • ¿Estoy protegiendo la privacidad y los datos de los estudiantes?
  • ¿Estoy evolucionando y mejorando con el tiempo?
  • ¿Estoy respetando y complementando el rol de los docentes humanos?

Las preguntas nos revelan su interés: su impacto en el proceso educativo, los prejuicios en sus respuestas, las normas de privacidad y seguridad, la capacidad de aprender y adaptarse y su forma de interactuar y colaborar.  Situaciones que a su vez dan una pista a la acción educativa, para moldear el rol de la IA en la tarea formativa. Cada escenario que se genera alrededor de la tecnología se convierte en un ambiente de aprendizaje.  Es así como la “Pedagogía de la pregunta” se repropone en medio de este contexto generado por la IA.

Si comparamos los prompts que requiere la IA con la pedagogía de Paulo Freire, nos chocamos con un enfoque similar en cuanto a promover el diálogo, el pensamiento crítico, la personalización y el aprendizaje activo. Ambos ponen como centro al ser humano para que participe activamente en su propio proceso de aprendizaje y desarrollo, empleando las preguntas como herramienta clave para la exploración y el descubrimiento. Es aquí donde encuentro “la perla” sobre la cual debemos trabajar para integrar la IA en el proceso de aprendizaje.

Podemos considerar la siguiente comparación:

El sentido no nace en el “aprender a usar las diferentes herramientas de IA”, el camino no se orienta con esta mirada tecnicista, sino más bien reflexiva, porque se busca aprender a aprender. Se orienta no sólo con un camino, sino con varios. Se busca crear y recrear no copiar, se profundiza en el analizar y evaluar no sólo en describir. Apunta a trabajar no sólo de manera individual, sino de manera colaborativa, se realza la interacción y el diálogo en medio de la personalización. La “llamada” que hace la IA, la descubrimos desde el “lente” con el cual decidimos mirar, desde la pregunta espejito, espejito… que nos hacemos al decidir interactuar con ella.  Se centra en el ser humano, por que es creada por él, usada para él y transformada por él.  El principal desafío de este tiempo es elegir “el lente” con el cual vamos a mirar para orientar nuestras acciones.

El 1 de marzo se conmemora el Día de la Cero Discriminación, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para promover y celebrar el derecho de cada persona a vivir una vida plena y digna, sin importar su aspecto, edad, religión, origen, condición social, opiniones, identidad de género, discapacidad, idioma o cualquier otra condición. Esta jornada nos invita a reflexionar sobre la importancia de erradicar la discriminación en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la educación superior.

En el contexto de las universidades, la discriminación puede manifestarse de diversas formas, afectando negativamente la experiencia académica y personal de los estudiantes. Es fundamental que se promuevan entornos inclusivos donde se respete la diversidad y se garantice la igualdad de oportunidades para todos. Esto implica implementar políticas y prácticas que prevengan cualquier forma de exclusión o trato desigual, asegurando que cada estudiante pueda desarrollarse plenamente.

La UNESCO destaca la necesidad de fomentar un aprendizaje inclusivo y de calidad en materia de diversidad de género entre los jóvenes. Esto se traduce en la creación de entornos de aprendizaje seguros y transformadores, libres de discriminación y violencia, donde se reconozca y valore la diversidad como un recurso enriquecedor para la comunidad educativa. Las universidades tienen la responsabilidad de incorporar en sus currículos y actividades formativas contenidos que promuevan la comprensión y el respeto hacia todas las identidades y expresiones de género.

El 63% de los países no tienen legislación que proteja explícitamente el derecho de las niñas a la educación en caso de embarazo, pero el 33% sí tienen tales disposiciones, a veces muy detalladas y protectoras. Europa y América del Norte es la región con más países que protegen explícitamente el derecho a la educación, seguida de América Latina y el Caribe y después de África.
UNESCO

Además, es esencial involucrar a toda la comunidad universitaria en la promoción de la inclusión. Esto incluye a estudiantes, docentes, personal administrativo y directivos, quienes deben trabajar conjuntamente para identificar y eliminar prácticas discriminatorias. La participación activa de todos los actores es clave para construir una cultura institucional basada en la equidad, el respeto y la justicia social. Programas de sensibilización, formación en derechos humanos y la implementación de protocolos claros para abordar casos de discriminación son algunas de las acciones que pueden adoptarse para avanzar en este objetivo. Al respecto, en la UPC, María Luisa Palacios McBride, docente de Humanidades, comenta:

El 1 de marzo, Día de la Cero Discriminación, nos invita a reflexionar sobre la importancia de construir espacios educativos inclusivos y equitativos. En nuestra universidad, reafirmamos nuestro compromiso con una educación superior libre de barreras, donde la diversidad sea valorada como un pilar fundamental para la innovación y el desarrollo académico. Fomentar una comunidad universitaria que respete y celebre las diferencias es esencial para formar profesionales que contribuyan a una sociedad más justa y plural.  Cada uno desde su lugar, nosotros desde la docencia, contribuyamos a promover los principios de no discriminación como la accesibilidad, el diseño universal, los ajustes razonables y las medidas de acción afirmativa.

En resumen, el Día de la Cero Discriminación nos recuerda la importancia de garantizar que las instituciones de educación superior sean espacios inclusivos y respetuosos de la diversidad. Al promover políticas y prácticas que aseguren la igualdad de oportunidades y el respeto a todas las personas, contribuimos a formar profesionales comprometidos con la construcción de sociedades más justas y equitativas. La educación superior tiene un papel fundamental en la erradicación de la discriminación y en la promoción de una cultura de paz y respeto hacia la diversidad.

Texto trabajado con el apoyo de ChatGPT y María Luisa Palacios McBride

El Día Mundial de la Justicia Social, se celebra este 20 de febrero, es una iniciativa de las Naciones Unidas que busca promover sociedades más equitativas y respetuosas de los derechos humanos. Esta fecha resalta la importancia de garantizar el acceso a oportunidades en ámbitos como el trabajo, la educación y la tecnología, con el fin de reducir desigualdades y fomentar el desarrollo sostenible. En un mundo marcado por la transformación digital y la globalización, la justicia social cobra especial relevancia para construir un futuro en el que todos puedan contribuir y beneficiarse del progreso.

En el contexto de la educación superior, la justicia social implica la promoción de entornos inclusivos, donde la diversidad sea valorada y potenciada. Universidades de todo el mundo implementan estrategias para garantizar que sus comunidades académicas sean espacios de equidad, fomentando el respeto a las distintas realidades culturales, sociales y de género. Asimismo, el uso de herramientas digitales y metodologías innovadoras permite personalizar la experiencia educativa, brindando a cada estudiante la posibilidad de desarrollar su máximo potencial.

Más allá del aula, la educación superior debe comprometerse con la formación de ciudadanos críticos, éticos y responsables. Incluir en los planes de estudio temas como derechos humanos, sostenibilidad y ciudadanía digital fortalece la conciencia social de los futuros profesionales. Además, el impulso de proyectos de impacto social y la colaboración con diversas organizaciones permiten que el conocimiento académico se transforme en soluciones reales para los desafíos globales.

Nuestros gobernantes tienen un gran desafío en cuanto a la promoción de una justicia social en el contexto de la educación; ya que hoy en día, se materializan grandes diferencias. La tarea debe iniciar con eliminar barreras y crear políticas para garantizar el desarrollo de la persona y por ende de la sociedad, que tienen su pilar en una educación de calidad para todos, con el respeto a la interculturalidad, entre otros aspectos.
Beatriz Miranda De La Lama, Directora de la carrera de Derecho de la UPC

En este Día Mundial de la Justicia Social, recordemos que la educación es un pilar fundamental para el desarrollo de sociedades más justas y sostenibles. Desde las universidades, el compromiso con la equidad y la innovación educativa puede generar un impacto significativo, preparando a las próximas generaciones para liderar con valores y contribuir al bienestar global.

Conoce el Informe de la Promoción de la Justicia Social de la OIT.

Texto trabajado con el apoyo de ChatGPT y la colaboración de Beatriz Miranda De La Lama

El mundo cambia a un ritmo acelerado y la educación no puede quedarse atrás. La innovación educativa no solo mejora la experiencia de aprendizaje dentro del aula, sino que también tiene el poder de generar impacto social, empoderando a estudiantes y docentes como agentes de cambio. Eventos como la Maratón de Innovación 28h y hackathones globales como DigiEduHack son catalizadores que convierten ideas en soluciones reales, abordando desafíos urgentes desde la creatividad, la tecnología y la colaboración interdisciplinaria.

En la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), la innovación es parte del ADN académico. Desde hace ocho años, la Maratón de Innovación 28h ha sido un espacio donde estudiantes y docentes trabajan juntos para desarrollar soluciones alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsando una educación más inclusiva, equitativa y con impacto social. Un claro ejemplo de ello es SignEdge, el proyecto creado por el equipo ganador de la última edición, Los Resolvers, quienes han llevado su propuesta a la final de DigiEduHack, una de las hackathones más importantes en educación digital a nivel mundial. Este equipo está formado por:
Henry Daniel Lazarte Reátegui – Docente de Arquitectura (UPC) – mentor
Alexander Gregorio León Torres – Ingeniería Mecatrónica (UPC)
Thais Anjeli Meza Ccoyllo – Administración y Marketing (UPC)
Milagros Araceli Peceros Chambi – Ingeniería de Sistemas (UPC)
Damaris Pizán García -Administración y Marketing (UCV de Trujillo)

Este tipo de experiencias demuestra que la educación no se limita a la teoría, sino que es un motor de cambio capaz de transformar vidas. Al conectar a estudiantes con problemas reales y desafiarlos a resolverlos con innovación, se fomenta el desarrollo de habilidades clave como el pensamiento crítico, la comunicación y el trabajo en equipo. Además, iniciativas como SignEdge no solo resuelven un problema educativo, sino que también contribuyen a la inclusión social, acercando el aprendizaje de la lengua de señas y la alfabetización digital a más personas.

Cuando impulsamos espacios de co-creación y colaboración, no solo estamos formando profesionales preparados para el futuro, sino que también estamos construyendo una sociedad más justa y equitativa. Cada hackathon, cada reto de innovación y cada proyecto nacido en estos espacios tiene el potencial de generar un impacto global. Por ello, es fundamental seguir promoviendo estos encuentros, donde la educación y la tecnología se combinan para ofrecer soluciones que mejoran la vida de muchas personas.

Hoy, Los Resolvers nos representan en un escenario global, demostrando que el talento peruano puede estar a la vanguardia de la innovación educativa. Su éxito es un reflejo del poder de estos espacios y de la importancia de apostar por la creatividad y el ingenio. Apoyar su proyecto es reconocer el valor de la educación como herramienta de transformación social. ¿Te sumas a esta iniciativa? ¡Vota por Signedge y se parte del cambio! Puedes votar hasta el 25 de febrero.
Vota aquí, dirígete al final de la página y sigue los pasos indicados.

El programa Faculty Innovation Fellows de la d.School de Stanford, en el que participa la UPC, reúne a docentes de diversas universidades para explorar nuevas formas de enseñanza a través de la innovación. La arquitecta María Pía Felipa Ibarra, quien forma parte de esta comunidad desde hace dos años, desarrolló un proyecto enfocado en talleres para potenciar la creatividad de los estudiantes. A partir de su experiencia en Visual Storytelling, incorporó herramientas que permitieron a los alumnos experimentar con nuevas formas de expresión y comunicación y comenta:

Este proyecto inició con sesiones basadas en Design Thinking, donde los estudiantes participaron en dinámicas diseñadas para desbloquear su creatividad. Posteriormente, se integraron estrategias de Visual Storytelling, que les permitieron desarrollar sus habilidades artísticas y explorar maneras innovadoras de narrar historias visuales. Un hallazgo significativo fue la capacidad de los estudiantes, incluso aquellos de disciplinas sin formación artística, para utilizar el dibujo como una herramienta efectiva en la expresión de ideas.

Como parte del programa, los docentes que completan su participación presentan sus aprendizajes en el evento anual MeetUp, que el 2024 tuvo lugar en la Universidad de Twente en Países Bajos. Durante esta experiencia, los Faculty Innovation Fellows compartieron sus proyectos en exposiciones de formato Ignite, disponibles en YouTube.

La graduación también permitió conectar con docentes de distintas partes del mundo que impulsan cambios innovadores en sus instituciones, fortaleciendo el sentido de comunidad y colaboración.

La participación de docentes de la UPC en este programa refleja el compromiso de la universidad con la innovación educativa. Además de María Pía Felipa, son parte de Faculty Innovation Fellows: Carlos Letts, Silvana Balarezo, Daniel Flores y Jorge Bossio; asimismo, este 2025 continúan su camino hacia la graduación Javiera Alcázar y Adriana Alemán. Felipa concluye indicando:

Estas iniciativas demuestran que la innovación no solo radica en el uso de tecnología, sino en la capacidad de generar experiencias de aprendizaje significativas, conectadas con las necesidades de los estudiantes y sus comunidades.

Publicación realizada gracias a la colaboración de María Pía Felipa.