Cada 7 de abril, el mundo conmemora el Día Mundial de la Salud, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para visibilizar los principales desafíos en torno al bienestar global. Este 2025, el lema elegido es “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”, un llamado a fortalecer la salud materna y neonatal como base para un futuro más justo y sostenible. En este contexto, la educación se posiciona como una herramienta clave para generar cambios duraderos en la salud de las personas y las comunidades.

La educación en salud no solo promueve hábitos saludables, sino que también empodera a las personas para tomar decisiones informadas sobre su bienestar físico y mental. Desde la infancia, incorporar contenidos sobre nutrición, salud emocional, prevención de enfermedades y autocuidado en los entornos educativos permite desarrollar una ciudadanía más consciente, crítica y resiliente. En el caso de la salud materna, el acceso a información clara y oportuna puede marcar la diferencia entre un embarazo seguro y uno en riesgo.

Cuidar la salud de otros requiere primero cuidar la propia. Es fundamental promover nuestro bienestar físico y mental, ya que ambos aspectos trabajan en conjunto para asegurar un óptimo desempeño en todas las áreas de la vida. Hoy más que nunca, es momento de reflexionar, comprendernos y educarnos en el autocuidado, especialmente quienes dedicamos nuestra vida al cuidado de los demás. Promover hábitos saludables es dar el primer paso hacia una vida plena.
Jack Avila Velásquez, docente de la carrera de Medicina

Además, la formación continua de profesionales del ámbito educativo y sanitario fortalece el trabajo interdisciplinario en favor de la salud comunitaria. Escuelas, universidades y espacios de aprendizaje informal se convierten así en escenarios estratégicos para fomentar una cultura de prevención y cuidado mutuo. La innovación educativa, por su parte, permite diseñar experiencias significativas que acerquen los temas de salud a estudiantes de todas las edades y contextos, utilizando recursos digitales, tecnologías inmersivas o metodologías activas.

Todo esto se conecta directamente con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”. Para alcanzar esta meta, es indispensable invertir no solo en servicios de salud, sino también en estrategias educativas que promuevan estilos de vida saludables y el acceso equitativo al conocimiento. En este Día Mundial de la Salud, reafirmamos el compromiso de la educación como aliada fundamental para construir futuros más saludables y esperanzadores.

Texto trabajado con el apoyo de ChatGPT y Jack Avila Velásquez

El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, con el objetivo de concientizar sobre temas de salud pública y promover acciones en pro de la salud de las personas. Esta fecha fue establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, para conmemorar su fundación y resaltar la importancia de la salud. El lema de este año es “Mi salud, mi derecho”, el cual defiende el derecho universal a servicios de salud, educación, información, agua potable, aire limpio, alimentos, vivienda adecuada y condiciones laborales justas.

Las personas debemos reflexionar y reconocer la importancia de adoptar hábitos saludables que nos brinden bienestar. Durante la vida universitaria, es posible que los estudiantes descuiden sus hábitos saludables debido a la responsabilidad académica. Por ello, es recomendable mantener un equilibrio. A continuación, te brindamos algunas recomendaciones:

Alimentación balanceada: Opta por una dieta equilibrada con frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, evitando alimentos procesados y grasas saturadas. Planificar comidas saludables ayuda a evitar opciones poco saludables.

Mantenerse hidratado: Bebe suficiente agua durante el día para mantener la energía y concentración. Lleva contigo una botella de agua reutilizable y haz un esfuerzo consciente para mantener la hidratación adecuada.

Ejercicio regular: Incorpora actividad física regular, como caminar, correr o hacer ejercicio en el gimnasio. El ejercicio mejora la salud física y mental, reduciendo el estrés y mejorando el estado de ánimo.

Sueño adecuado: Prioriza un sueño adecuado para un rendimiento académico óptimo. Mantén un horario de sueño regular y establece una rutina relajante antes de acostarte para mejorar la calidad del sueño.

Gestión del estrés: Adopta estrategias de gestión del estrés, como meditación, respiración profunda o tiempo de relajación, para mantener la salud mental y emocional frente a las presiones académicas y sociales.

Mantener conexiones sociales: Cultiva relaciones sociales sólidas con amigos, familiares y compañeros de clase para recibir apoyo emocional y reducir el riesgo de sentirse aislado.

Pequeños hábitos saludables, grandes beneficios para toda la vida.

El 7 de abril se celebra el Día mundial de la Salud para conmemorar la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1948, cumpliendo este año 75 años.
El objetivo de este Día es promover la salud, concientizar sobre la importancia de esta, velar por las personas más vulnerables y preservar la seguridad mundial.

Este año el tema a tratar en la OMS, es la Salud para todos, en el que se busca fortalecer los sistemas de salud y que todas las poblaciones puedan acceder a ella.

La salud es un recurso fundamental para el bienestar y la calidad de vida de las personas, y su importancia se extiende más allá del ámbito individual para abarcar a toda la sociedad.


El 30% de la población mundial no puede acceder a servicios de salud esenciales

OMS

La salud está estrechamente relacionada con la educación, ya que los conocimientos y hábitos adquiridos  pueden influir en la salud de una persona durante toda su vida. Por ello, la educación en salud es un pilar fundamental para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

La educación en salud no solo contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad en general. Las personas que tienen buenos hábitos de salud tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades crónicas, lo que a su vez reduce los costos sanitarios y mejora la productividad laboral.

Además, la educación en salud puede ayudar a reducir las desigualdades en salud que existen entre diferentes grupos de población. La falta de acceso a información y recursos en materia de salud puede afectar de manera desproporcionada a ciertos grupos, como las personas con menos recursos económicos o las comunidades rurales. La educación en salud puede ayudar a cerrar esta brecha y garantizar que todas las personas tengan acceso a los recursos necesarios para mantener una buena salud.

Para que la salud para todos sea una realidad, necesitamos: personas y comunidades que tengan acceso a servicios de salud de alta calidad para que puedan cuidar de su propia salud y de la de sus familias; trabajadores de la salud cualificados que presten una atención de calidad centrada en las personas; y responsables de la elaboración de políticas que estén comprometidos con la inversión en la cobertura sanitaria universal.

OMS

La UPC cuenta con el Centro Universitario de Salud UPC, en donde eventualmente se crean campañas gratuitas que buscan apoyar a la comunidad. Uno de estos fue el caso de la campaña gratutita en Cajamarca en el 2015, en el que alumnos de la facultad de Ciencias de la Salud, compartieron con más de 600 pobladores, entre niños, jóvenes y adultos con atención odontológica y consejería nutricional.


Enlaces de interés:

  • OMS

Salud para todos

  • Ministerio de Salud

Minsa conmemorará el 7 de abril Día Mundial de la Salud

  • Unicef

La educación y el derecho a la salud