El modelo tradicional de educación está desapareciendo, y en su lugar, estamos construyendo un sistema que, finalmente, da prioridad a los estudiantes, adaptándose a su contexto y ofreciendo un aprendizaje más accesible, interactivo y efectivo.
Los enfoques de evaluación tradicionales que se centran únicamente en la memorización y la repetición no capturan las habilidades prácticas y sociales que los estudiantes necesitan para enfrentarse a un mundo laboral dinámico. Por ello, la educación superior debe considerar una transformación hacia sistemas de evaluación basados en competencias y experiencias auténticas que reflejen el contexto social, económico y cultural de los estudiantes.
Para lograr una «humanidad aumentada,» necesitamos un enfoque en el desarrollo cognitivo y científico. La IA solo puede ser verdaderamente efectiva si es utilizada por personas con una sólida base en pensamiento crítico, análisis de datos y comprensión de su impacto organizacional.
El aprendizaje experiencial está emergiendo como una herramienta poderosa para transformar la educación superior. Este enfoque, que integra la teoría académica con la experiencia práctica, no solo mejora la comprensión de los estudiantes, sino que también los prepara para enfrentar desafíos en un mundo en constante cambio.
Por: Daniel Flores Bueno
El 7 de agosto tuve la oportunidad de participar como expositor en el cuarto Festival de Innovación Educativa de la UPC. El taller se tituló “Crea tu proyecto de investigación con inteligencia artificial”, el cual tenía como objetivo enseñar a utilizar algunas herramientas de inteligencia artificial, para identificar brechas de conocimiento. No obstante, hay que señalar que la IA, por sí sola, no es suficiente para identificar una brecha de conocimiento. Por el contrario, la IA debe considerarse como una herramienta complementaria, que, junto con un conocimiento exhaustivo de la literatura puede abrir nuevas oportunidades para la investigación. El taller fue diseñado para avanzar desde instrucciones simples hasta prompts más complejos, para descubrir áreas poco exploradas en un determinado campo del conocimiento.
La sesión comenzó con una introducción al uso de ChatGPT y la redacción de prompts específicos. Esta herramienta tiene la capacidad de generar ideas y sugerir temas de investigación, pero la clave radica en cómo se formulan las instrucciones y en la capacidad de iterar sobre ellos para afinar los resultados. Mostramos cómo un buen prompt puede guiar al usuario hacia la identificación de preguntas no resueltas y problemas relevantes con un impacto social significativo, que pueden ser desarrollados como proyectos de investigación.
El siguiente paso en la conferencia fue la presentación de Avidnote, una herramienta que facilita la búsqueda de brechas de conocimiento al explorar de manera estructurada los vacíos en la literatura existente. Avidnote es especialmente útil para identificar áreas donde la investigación es escasa o las conclusiones son ambiguas, permitiendo a los investigadores dirigir sus esfuerzos hacia temas con un alto potencial de impacto.
Uno de los momentos clave de la conferencia fue la integración de Consensus con ChatGPT para realizar una revisión rápida de la literatura. Con Consensus, una plataforma de inteligencia artificial identificamos la literatura más relevante a partir de una pregunta específica, extrajimos la información de los abstracts de los artículos más destacados publicados en revistas de alto impacto (Q1 y Q2), y luego utilizamos ChatGPT para identificar posibles brechas en la investigación. Este enfoque combinó la capacidad de Consensus para sintetizar la literatura existente con la habilidad de ChatGPT para detectar áreas donde la investigación podría expandirse.
Finalmente, cerramos la sesión con Scispace, una plataforma que facilita el acceso a la literatura científica de manera contextualizada. Scispace permite mapear temas emergentes y entender cómo se conectan con investigaciones previas, ayudando a identificar brechas de conocimiento con mayor precisión.
A lo largo del taller, quedó claro que hay un creciente interés por la integración de la IA en la investigación científica. Sin embargo, también es fundamental recordar la importancia de una revisión sistemática de la literatura. Solo mediante la combinación de un conocimiento experto y el buen uso de las herramientas de IA, podremos identificar oportunidades que nos permitan aportar conocimiento.
Por: Juan Tello Barrera
En el ámbito educativo actual, surge una pregunta crucial: ¿cómo evaluar a los estudiantes en la era de la Inteligencia Artificial (IA)? Algunos sugieren complicar los exámenes para evitar el uso de la IA, pero esta aproximación es errónea. Evaluar es un proceso continuo que mide los logros de aprendizaje de los estudiantes y en lugar de crear obstáculos, debemos aprovechar la IA para facilitar el logro de los resultados esperados.
Es fundamental distinguir entre dificultades «deseables» y «no deseables» en el proceso de aprendizaje. Las dificultades “deseables” fomentan un aprendizaje más profundo y duradero, mientras que las “no deseables” entorpecen el progreso del estudiante sin aportar valor educativo. La IA puede ser una herramienta poderosa para eliminar estas últimas, permitiendo que los estudiantes se enfoquen en desarrollar habilidades de orden superior.
Las evaluaciones tradicionales, centradas en la memorización y reproducción de conocimientos, ya no son suficientes en un mundo donde la información está al alcance de un clic. Es hora de adoptar evaluaciones auténticas que promuevan competencias cruciales como el pensamiento crítico, la creatividad, la innovación y el trabajo colaborativo. Estas habilidades son esenciales para el éxito en el mundo laboral actual y futuro.
Las evaluaciones resistentes a la IA van más allá de la simple reproducción de información y requieren habilidades que las máquinas aún no pueden replicar completamente. Estas se centran en experiencias de aprendizaje auténticas, complejidad realista, profundidad sobre amplitud, aplicación práctica y competencias cognitivas de orden superior. Por ejemplo, un proyecto que requiera a los estudiantes diseñar una solución innovadora para un problema urbano real, considerando aspectos económicos, sociales y ambientales, sería una evaluación resistente a la IA.
Para desarrollar estas competencias de orden superior, podemos implementar actividades de aprendizaje que incorporen la IA de manera significativa. En el ámbito del pensamiento crítico, los debates asistidos por IA pueden ser una herramienta valiosa. Los estudiantes pueden utilizar la IA para generar argumentos opuestos sobre un tema, que luego deben analizar críticamente, identificando fortalezas y debilidades en cada posición.
La creatividad e innovación pueden fomentarse a través de ejercicios de diseño de productos futuristas. Los estudiantes podrían emplear la IA para generar ideas iniciales, que luego deben mejorar y desarrollar de manera innovadora, considerando aspectos como la viabilidad técnica, el impacto social y la sostenibilidad ambiental.
El trabajo colaborativo puede potenciarse mediante proyectos de investigación aumentados por IA. Los equipos de estudiantes pueden utilizar la IA para recopilar y organizar información sobre temas complejos, pero la tarea crítica de sintetizar, analizar y presentar los hallazgos de manera coherente y persuasiva recae en ellos. Este tipo de proyectos no solo fomenta la colaboración, sino que también desarrolla habilidades de gestión de información y comunicación efectiva.
Para implementar estos cambios, es crucial capacitar a los instructores sobre cómo integrar la IA en sus métodos de enseñanza y evaluación de manera efectiva y ética. Esto podría incluir talleres sobre el uso de herramientas de IA para la creación de contenido educativo, la personalización del aprendizaje y la evaluación formativa. Además, es fundamental que los educadores comprendan las capacidades y limitaciones de la IA para diseñar actividades que realmente desafíen a los estudiantes más allá de lo que la IA puede hacer.
Paralelamente, debemos fomentar el uso responsable de la IA entre los estudiantes, enseñándoles a utilizarla como una herramienta para potenciar su aprendizaje. Esto implica instruirlos sobre cómo formular preguntas efectivas a los sistemas de IA, cómo verificar la información obtenida y cómo integrar los insights de la IA en su propio pensamiento. La meta es que los estudiantes vean la IA no como un atajo para evitar el trabajo duro, sino como un colaborador en su proceso de aprendizaje.
La comunicación clara sobre las políticas de integridad académica es esencial en este nuevo paradigma. Debemos establecer pautas transparentes sobre cuándo y cómo es apropiado utilizar la IA en las tareas académicas, fomentando la honestidad y la ética. Esto podría incluir requerir que los estudiantes declaren cómo han utilizado la IA en sus trabajos, similar a cómo se citan fuentes tradicionales.
En lugar de centrarnos únicamente en detectar el uso indebido de la IA, debemos integrar su uso ético en el plan de estudios. Esto podría implicar la incorporación de módulos sobre ética de la IA en diversos cursos, así como discusiones sobre las implicaciones sociales y éticas del uso de la IA en diferentes campos profesionales. Al hacer esto, preparamos a los estudiantes no solo para usar la tecnología, sino para ser líderes éticos en un mundo cada vez más automatizado.
En conclusión, la era de la IA nos brinda una oportunidad única para transformar la educación. Adoptando evaluaciones auténticas y actividades de aprendizaje que incorporen la IA de manera significativa, podemos desarrollar las competencias de orden superior cruciales para el siglo XXI. Al enfocarnos en el pensamiento crítico, la creatividad, la innovación y el trabajo colaborativo, estamos preparando a los estudiantes no solo para usar la IA de manera efectiva, sino para aportar el valor único que solo los humanos pueden ofrecer.
Este cambio de paradigma requiere un esfuerzo coordinado. Necesitamos capacitar a los instructores, orientar a los estudiantes, mejorar la comunicación sobre integridad académica y repensar nuestros planes de estudio. El resultado será un sistema educativo que no solo coexiste con la IA, sino que la aprovecha para potenciar el aprendizaje y el desarrollo humano. Nuestro objetivo final debe ser formar individuos que puedan pensar críticamente, innovar creativamente y colaborar efectivamente en un mundo cada vez más impulsado por la inteligencia artificial, asegurando así que la educación siga siendo relevante y transformadora en la era de la IA.
Créditos: Juan Tello, autor principal. Colaborador especial: Inteligencia Artificial. Un dúo dinámico que te reta a encontrar las costuras
Por: Juan Tello Barrera
La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) ha generado un intenso debate en el ámbito educativo. Mientras algunos temen que esta tecnología pueda disminuir el aprendizaje, es crucial reconocer que la IA tiene el potencial de transformar radicalmente la forma en que enseñamos y aprendemos, mejorando significativamente la productividad y el rendimiento de los estudiantes.
En lugar de ver la IA como una amenaza, debemos considerarla como una poderosa herramienta para superar las dificultades que tradicionalmente han obstaculizado el aprendizaje. Problemas como la falta de concentración durante la lectura, las brechas en la formación previa, la escasez de tiempo o espacio adecuado para estudiar, la necesidad de compaginar estudios y trabajo, o la dificultad para comprender las explicaciones del profesor, pueden abordarse de manera innovadora con la ayuda de la IA.
Imaginemos un escenario donde los estudiantes utilizan la IA para potenciar sus capacidades. Por ejemplo, pueden procesar grandes volúmenes de información de manera eficiente, subiendo libros extensos o artículos de investigación a plataformas de IA que los analizan, resumen y organizan, facilitando la comprensión y la citación de fuentes. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también permite a los estudiantes abordar material más complejo y en mayor cantidad.
La IA también puede revolucionar la forma en que los estudiantes interactúan con el contenido audiovisual. La capacidad de transcribir automáticamente audios de clases, webinars o entrevistas, y luego analizar y sintetizar esa información, permite a los estudiantes revisar y procesar el material a su propio ritmo, mejorando significativamente la retención y comprensión.
Uno de los aspectos más prometedores de la IA en educación es su capacidad para personalizar el aprendizaje. Los estudiantes pueden utilizar estas herramientas para obtener explicaciones simplificadas de conceptos complejos, adaptadas a sus intereses y nivel de comprensión. Esto no solo hace el aprendizaje más accesible, sino también más atractivo y relevante para cada individuo.
La integración de la IA en el proceso de aprendizaje va más allá del texto y el audio. Los estudiantes pueden ahora capturar imágenes de explicaciones en clase o situaciones del mundo real, y utilizar la IA para analizarlas y extraer conocimientos valiosos. Esta capacidad de conectar la teoría con la práctica de manera inmediata y visual puede transformar radicalmente la forma en que los estudiantes entienden y aplican los conceptos aprendidos.
Además, la IA ofrece oportunidades sin precedentes para la autoevaluación y el pensamiento creativo. Los estudiantes pueden utilizar estas herramientas para evaluar su propio progreso, identificar áreas de mejora y explorar enfoques innovadores para resolver problemas. Esto no solo mejora el aprendizaje, sino que también desarrolla habilidades cruciales como el pensamiento crítico y la resolución creativa de problemas.
Quizás uno de los aspectos más revolucionarios de la IA en educación es su capacidad para actuar como un tutor personal disponible 24/7. Los estudiantes pueden recibir apoyo y orientación en cualquier momento, adaptándose a sus horarios y necesidades individuales. Esto democratiza el acceso a la educación de calidad y proporciona un apoyo continuo que antes era imposible.
Ante este panorama, es imperativo que promovamos activamente el uso de la IA entre los estudiantes como una herramienta para aumentar su productividad y mejorar su aprendizaje. Sin embargo, esto requiere un cambio de mentalidad y una preparación adecuada. Los instructores necesitan orientación y capacitación sobre el uso apropiado de la IA en la educación para poder guiar eficazmente a sus estudiantes.
Es fundamental que tanto instructores como estudiantes estén abiertos a aprender y experimentar con la IA en el aula. Esto implica un proceso de adaptación y descubrimiento continuo, donde todos los participantes en el proceso educativo exploren juntos las posibilidades que ofrece esta tecnología.
En conclusión, la IA no es una amenaza para el aprendizaje, sino una oportunidad sin precedentes para mejorarlo y hacerlo más accesible y efectivo. Al abrazar esta tecnología y aprender a utilizarla de manera ética y eficiente, podemos crear un entorno educativo que no solo prepare a los estudiantes para el futuro, sino que también les proporcione las herramientas para aprender de manera más efectiva, creativa y personalizada. El futuro de la educación está aquí, y es más brillante y lleno de posibilidades que nunca gracias a la IA.
Créditos: Juan Tello, autor principal. Colaborador especial: Inteligencia Artificial. Un dúo dinámico que te reta a encontrar las costuras.
Autora: Nadia Flores, UIF UPC
Como miembros del movimiento global de líderes en educación “University Innovation Fellows” de la Stanford d.school, los equipos UIF UPC y UIF UTEC trabajaron en conjunto para presentar un segmento llamado “Fellow Day!” en el FIE 2024. Esta iniciativa nació con el objetivo de compartir con la comunidad de estudiantes y docentes la experiencia de ser un fellow por un día, así como también incentivarlos a generar un cambio positivo en la educación superior.
Al ser nuestro primer evento colaborativo junto a el equipo UIF UTEC, estuvimos muy entusiasmados intercambiando ideas y preparando dinámicas que permitieran a los asistentes salir de su zona de confort, puesto que el propósito de UIF es empoderar y fomentar una cultura de innovación. ¡Y lo logramos! Los fellows estudiantes que también participaron fueron María Fernanda Martínez y Austin Calle de la UPC y Ursula Ubillús y Camila Cornejo de la UTEC. Estuvimos acompañados además por parte del equipo de docentes UIF de UPC.
Los participantes disfrutaron de actividades de calentamiento que aprendimos en el UIF Global Meet Up en Países Bajos. Asimismo, en el taller “Design your Life”, con el apoyo de la fellow Jeni Weber de Estados Unidos, explicamos cómo el proceso de Design Thinking puede aplicarse no solo en el ámbito profesional, sino también en nuestros distintos planes de vida. Además, colaboramos con fellows de Japón, Hong Kong y EE.UU. para crear un vídeo explicando el significado detrás de UIF.
Realmente nos encontramos muy satisfechos con el resultado del evento; no obstante, esto es solo el inicio para explorar más oportunidades de cooperación con la comunidad internacional de fellows y contribuir con nuestro conocimiento en el sector educativo.
Por: Paul Barr y Jessica Vlasica
Matt Ridley en su libro «How innovation works and why it flourishes in freedom» plantea ideas potentes aplicables a la educación. Una de ellas es que existe un momento en que una idea cuenta con la tecnología necesaria para que la innovación surja inexorablemente. La creatividad humana permite que muchas personas trabajen en proyectos similares gracias al avance tecnológico de la época.
Ridley ilustra esto con el caso de la bombilla incandescente, atribuida a Thomas Edison, aunque en realidad tuvo al menos veintiún posibles inventores. Casos similares ocurrieron con el aeroplano, la radio, el teléfono y la computadora. Estos ejemplos demuestran que la innovación no surge de una gesta heroica, sino de la combinación de las tecnologías disponibles.
Una segunda idea crucial es que la innovación puede anticiparse a la investigación. Contrario a la creencia común de que la ciencia conduce a la tecnología y a la innovación, a menudo esta precede al entendimiento científico. La máquina de vapor llevó a la comprensión de la termodinámica, no al revés. La vacunación y los antibióticos se usaron antes de entender completamente cómo funcionaban. Incluso la edición genética CRISPR surgió en parte por resolver problemas prácticos en la industria del yogur.
En educación, este principio se aplica igualmente. Como señalan Barbara Means y otros, en un metaanálisis sobre aprendizaje online y blended, la investigación inevitablemente va a la zaga de las innovaciones tecnológicas más recientes. El tiempo necesario para estudiar y publicar no puede mantener el ritmo del cambio tecnológico en internet.
La educación, como campo en evolución constante, necesita probar cosas nuevas o mejorar las existentes para adaptarse a las cambiantes necesidades sociales. Un sistema educativo que no innova corre el riesgo de volverse obsoleto. La experimentación permite descubrir nuevos métodos de enseñanza y formas de aprendizaje más efectivas que podrían no surgir en un entorno rígido.
Esto subraya la importancia de crear espacios y condiciones para que las universidades peruanas exploren y apuesten. No siempre se puede actuar sobre la base de evidencia certera. Los desarrollos tecnológicos y la comprensión actual del aprendizaje permiten innovar en una educación a distancia de calidad. Para ello, se requiere una regulación habilitadora que fomente y acompañe la innovación, junto con transparencia institucional.
Un marco regulatorio flexible podría incluir «zonas de innovación» con menos restricciones, permitiendo probar nuevas ideas a pequeña escala antes de su implementación más amplia. Este enfoque reconoce que la innovación a menudo ocurre en los márgenes y que un exceso de regulación puede sofocar ideas prometedoras.
Los retos del Perú implican incrementar el acceso a la educación superior del 30% actual a un 50%, llegando a más lugares, abarcando nuevas disciplinas y replanteando las existentes. Si esto no sucede en el Perú, lo hará alguien más, desde otro lugar.
La falta de innovación en educación puede tener graves consecuencias a largo plazo, incluyendo la desconexión entre las habilidades enseñadas y las requeridas por el mercado laboral, la disminución del compromiso estudiantil, la pérdida de competitividad nacional e internacional, y la perpetuación de desigualdades educativas.
Para mitigar estos riesgos, es crucial establecer un marco para la innovación responsable que equilibre la libertad para innovar con la responsabilidad hacia los estudiantes y la sociedad. Este marco debería incluir objetivos claros, sistemas de monitoreo y evaluación continua, transparencia en la comunicación de resultados, y mecanismos para escalar rápidamente las innovaciones exitosas.
En última instancia, fomentar la innovación en educación no es solo una opción. Es una necesidad imperativa para garantizar que el sistema educativo peruano prepare adecuadamente a sus estudiantes para los desafíos del futuro, promoviendo así el desarrollo y la competitividad del país.
Referencias:
Means, B., Toyama, Y., Murphy, R., & Baki, M. (2013). The effectiveness of online and blended learning: a meta-analysis of the empirical literature. Teachers College Record.
Ridley, M. (2020). How innovation works: And why it flourishes in freedom. Harper.